miércoles, 31 de diciembre de 2008

LITERATURA PIURANA O REGIONAL?

Escribe: RAUL F. MOSCOL LEON
La Literatura ya ha sido definida. Cada autor expresa el concepto que mejor se adapta a su pensamiento y con el surgimiento de nuevos literatos, otros enunciados irán surgiendo en torno a las bellas letras.
Veamos dos conceptos.
Sigifredo Burneo Sánchez, en su "Breve Manual de Teoría Literaria para la Región Grau", página 6, indica que "definir la literatura es tarea ardua y seguramente inacabable", pero precisa que es, "en primer lugar y antes que nada, manifestación artística".
Sin embargo, es consciente que "la literatura es producto del análisis sensible que la conciencia humana ejerce sobre la realidad y es también, para otros, búsqueda y compromiso. Su material de trabajo son las palabras y las reflexiones, sutilezas e ideologías contenidas en ellas"
Finalmente, remarca Burneo Sánchez (derecha): "la literatura supone una forma diferencial de relacionarse el ser humano con el mundo natural y social. Es aventura. Es riesgo. Es liberación. Es peligro y satisfacción".
Una definición más sencilla, dice que "La Literatura es el arte que emplea la palabra, oral o escrita, como vehículo eficaz de belleza".
Si definiciones de Literatura abundan a gusto de poetas y escritores, también son muchos los conceptos de lo que hoy llamamos Literatura Regional y que de un tiempo a esta parte, quizá por razones didácticas, se ha separado de lo que para unos, solo debe llamarse Literatura Nacional.
Esta separación, incluso, ha originado enfrentamientos entre los que son partidarios de la Literatura Nacional y los que creen que la Literatura Regional debe tener vigencia y preponderancia en un sector limitado del ámbito patrio.
La división de la que hablamos, hizo, por citar un ejemplo, que el escritor Houdini Guerrero Torres, autor de "Treinta Treinta" y "Mec Non", entre otras obras, dijera que todo "es una mierda inventada por algunos profesores de literatura".
Pero, lejos de toda esta discusión, la Literatura Regional tiene la virtud, a decir del escritor sullanense Genaro Maza Vera, autor de "Por las arenas muertas" y "Relatos de la Frontera", de "determinar y precisar de manera vivencial la identidad cultural de un pueblo, pulsando y expresando sus fibras más íntimas y humanas"
El poeta y escritor Sigifredo Alberto Burneo Sánchez, en su reciente publicación "La Narrativa Contemporánea en Piura", esboza el siguiente concepto, elaborado luego de extensas conversaciones, según señala, con Rigoberto Meza, fallecido hace poco:
-Por narrativa regional entendemos el conjunto de productos verbales estéticos generados por personas nacidas en la región, que están ambientadas en la región y tratan sobre sus condiciones, y cuya resonancia literaria no ha alcanzado a cubrir el ámbito nacional.
Miguel Varillas Velásquez, en un escrito publicado en el diario "El Tiempo", en 1968, define a la Literatura Piurana como "el arte de expresar, mediante las letras el espíritu del hombre piurano".
El poeta Gustavo Armijos, Director de "La Tortuga Ecuestre" va más allá y enfatiza que "la Literatura Piurana debe entenderse como toda la producción y esencias de las obras tanto escrita por autores nacidos en esta tierra, así como también por aquellos autores foráneos cuya obra retrata la imagen de Piura".
Atendiendo a esta definición, entonces, habría que incluir en el estudio de nuestras bellas letras, las obras de Enrique López Albújar, Arturo Briceño Carrasco, ambos nacidos en Lambayeque; de José Vicente Rázuri, más conocido como "Lata", que despertó en Pacasmayo; y el mundialmente famoso Mario Vargas Llosa, natural de Arequipa.
Todos ellos, especialmente, Enrique López Albújar y Mario Vargas Llosa - dice el poeta Marco Martos Carrera- "han ligado parte de sus ficciones a la cálida tierra piurana, y son leídos y estudiados como si fuesen piuranos, o medio piuranos, para no entrar en contradicciones".
En la Literatura Piurana, sostiene el profesor, periodista y crítico literario José Estrada Morales (arriba), fallecido el 6 de abril del 2008, "arte y vida se fusionan estrechamente. Es el arte al servicio de la vida y no del arte mismo".
Y en sus "Fundamentos de La Literatura Piurana", precisa que "Literatura y vida son aguas que alimentan el mismo río..., que sigue en constante ebullición, teniendo como fundamento su sentimiento terrígena, así como el sistema de vida piurana con todas sus apetencias y sinsabores".

LA MUERTE ANUNCIADA DE JEMU

Escribe: Raúl F. Moscol León
rafemole@yahoo.com

Jorge Eduardo Moscol Urbina, JEMU para todos, hace un buen tiempo ya no está con nosotros. Partió, en un viaje sin retorno, el 15 de abril, lejos de la patria chica, dejando un vacío, por ahora, difícil de llenar. Tenía 85 años cuando la señora muerte, que no respeta a nadie, le ganó la partida. Murió, como los jubilados de ayer, hoy y seguramente de mañana: sin nada en los bolsillos y abandonados a su propia suerte. No hubo una mano generosa que lo ayudara a seguir viviendo.
Y es que don Jorge, pese a que su primogénito es médico, no recibió la debida atención en el Hospital “Edgardo Rebagliatti” de Lima. Los colegas de su hijo Jorge Artemio, Premio Nacional de Medicina del 2002, se olvidaron de él. No le prestaron la ayuda que necesitaba para recuperar su salud y murió como un anónimo más. Nadie les dijo, de repente, que aquel hombre había publicado quince obras literarias en Piura, que era un conversador encantador y sobre todo, amigo a carta cabal.
-Esto creo que debe mencionarse para que no suceda con otros jubilados. Primero lo tuvieron botado en un pasillo durante horas por el trámite administrativo para admitirlo, pese haber estado hospitalizado en otro centro del propio Essalud y ser jubilado. Le pedían su boleta de pago de haberes actualizado y éstas, desde luego, estaban en Piura. Mientras discutía, buscaba amigos y colegas para que me ayuden a internarlo, el viejo estaba botado en un pasillo sin recibir atención.
Las palabras de Jorge Artemio Moscol Gonzales dicen mucho de los que juraron cuidar la salud de los demás y de la rabia contenida, al saber que la vida de su padre se iba consumiendo por la desidia e incomprensión de quienes estaban obligados de velar por el “Cronista de Piura”. Nunca, como en estos días de abril del 2002, Jemito -así lo llaman sus familiares más cercanos-, había sentido, en carne propia, el dolor de una muerte anunciada.
-Mi padre fue internado en el “Rebagliatti”, después de haber recibido una buena atención en “Angamos” y en el “Almenara”, porque hizo como complicación una hemorragia digestiva, posiblemente por el estrés de encontrarse en esa situación siendo él tan independiente... Después que se superó la hemorragia digestiva hicieron una consulta a urología, esta tenía más de una semana y el urólogo no respondía la interconsulta. Casi al final de los días de mi padre pude ubicar, como a las doce del medio día, al jefe del servicio de urología. Luego de presentarme como colega y contarle el problema de mi padre y decirle de la existencia de la interconsulta pendiente, el jefe muy solícito me dijo: “mañana sin falta lo veo”. Yo controlando la ira y las ganas de no solo putearlo, sino pegarle le dije: “doctor, creo que para mañana mi padre ya no va a estar con nosotros”. Sorprendido, me preguntó: “qué, tan mal está?”. Le respondí: “doctor debería verlo”. Ante mi cara de preocupación ofreció mandar a “alguien”.
Ese “alguien” nunca llegó y si lo hizo al día siguiente, encontró la cama vacía. Jorge Eduardo Moscol Urbina falleció faltando veinte minutos para las cero horas del 16 de abril. Un cáncer avanzado de vejiga doblegó las fuerzas de JEMU, que pese a la indiferencia de los médicos de Essalud, se mantuvo siempre de pie, como los algarrobos de nuestra tierra, esperando el momento sublime. Había nacido, según su partida de nacimiento, el 14 de junio de 1916.
37 años, 8 días y 4 horas en el Colegio Nacional “San Miguel”, plantel del cual nunca fue alumno, se jubiló en 1983. Empezó su labor educativa en 1946, cuando el centenario claustro funcionaba donde es hoy una de las sedes del Instituto Nacional de Cultura, en la calle Libertad y el doctor Guillermo Tapia Sáenz se desempeñaba como director.
JEMU cuando dejó las aulas, tenía 67 años de edad y el día de su adiós, fue ovacionado por todos aquellos que bebieron de su sapiencia, ya que “no sólo representa un récord en el diario trajinar con la tiza y la mota”, sino que además “es un reto para las diferentes generaciones de maestros que habrán de llegar a ese viejo y paradigmático claustro. Es Maestro de Maestros”, escribió en la revista “Epoca”, el profesor y literato Juan Antón y Galán.
Pero, pese a todo lo que hizo Jorge Eduardo por la juventud estudiosa de Piura, el sector que tanto amó y que en 1984 lo premió con las Palmas Magisteriales en el Grado de “Educador” le jugó una mala pasada en febrero del 2002, dos meses antes de su muerte. Le quitaron la bonificación de 100 soles por la distinción otorgada durante el gobierno del Arq. Fernando Belaúnde Terry.
La Dirección Regional de Educación de Piura a cargo, en aquel entonces, del profesor Santiago Araujo Salinas, resolvió suspender el pago que venía percibiendo el profesor Jorge Eduardo Moscol Urbina por bonificación de Palmas Magisteriales, a decir de la Resolución Directoral Regional No. 0466, porque no estaba “calendarizada y no contar, así mismo, con la respuesta al Oficio No. 630-2002-CTAR PIURA de fecha 08-02-2002”.
Jorge Eduardo Moscol Urbina murió sin saber si llego o no la respuesta y qué acuerdos tomaron sobre el pago de su bonificación en la Dirección Nacional de Presupuesto Público del MEF y en la ONP. Lo cierto es que su enfermedad y este nuevo “golpe” lo asimiló con estoicismo, pese a que el mísero sueldo de jubilado, que muchas veces le fue arrebatado por ladrones limeños, no le alcanzaba para nada. Hoy este derecho ha sido restablecido, pero ya es demasiado tarde.

JUAN LUIS, 31 AÑOS DESPUES

25 agosto del 2001.
Artículo publicado en el diario Correo de Piura, Perú.
Escribe: RAUL F. MOSCOL LEON

“Nueve Libros Vanguardistas” acaba de publicar Mirko Lauer, en los que incluye “El Perfil de Frente”del poeta, periodista y pintor piurano Juan Luis Velázquez Guerrero, ayabaquino de nacimiento, a quien su cercanía al pensamiento de Carlos Marx le costó la deportación del país y el inicio de un largo peregrinaje por las naciones de América y Europa.
Junto con él, figuran en esta obra “que rescata la vanguardia poética peruana” de la década del veinte: Alberto Hidalgo, Parra del Riego, Juan José Lora, Alejandro Peralta, Enrique Bustamante y Bellivián, Magda Portal, César Alfredo Miro Quesada y Nicanor A. de la Fuente (NIXA). Todos ellos, a decir de su autor, “fundan el radicalismo de las formas creativas como una ética en el Perú”.
Mirko Lauer califica a Juan Luis Velázquez, nacido en 1903, como “incuestionable autor” apasionado de la síntesis, la misma que refleja en su primer libro: “El Perfil de Frente”, obra que luego de aparecer, le hizo preguntarse: "¿Puede haber algo más revelador en la búsqueda de la síntesis victoriosa, de la unidad reconquistada, que ese título?". Y es que los versos que formas parte de este poemario son breves. Unos tienen nombre, otros no y al final, el bardo ha escrito el mes y año de su inspiración, como el siguiente que data de noviembre del 23:
-
Ya me diste todo
quedando íntegra y pura.
Jamás perderé, aunque te pierda,
la eternidad de tu dulzura.
Ya no serás, como lo fuiste,
mía y tuyo.

El primer libro de Juan Luis Velázquez, como acostumbraba firmar sus inspiraciones, se publicó en pleno gobierno de Augusto B. Leguía, uno de los presidentes de la República Aristocrática. Fue impreso en la Imprenta Garcilaso, Pileta de la Merced 156, Lima, en 1924 y “El Amauta” José Carlos Mariátegui Lachira dice de su autor, en "Motivos polémicos": El niño-poeta o poeta-niño, tiene la divina incoherencia de los inspirados. Hay en su pequeño libro algunos bellos disparates y dos o tres notas admirables.
Magda Portal lo llamó “El poeta-niño”, por primera vez. Este apelativo le disgustaba a Juan Luis y devino, al parecer -dice NIXA- de los "ajetreos amatorios en que andaba con Clotilde Calvet, una cómica española muy niña, de muy lindo perfil" a quien le dedico "El Poema de los Senos", versos que publicó en el diario "El País", de la península, en febrero de 1926 y que formaban parte de "El Libro de los Poemas" que el destierro dejo trunco.
Juan Luis conoció y compartió el exilio con el autor de “Trilce”. Estaba con él en París “cuando por nuestras actividades revolucionarias -militantes comunistas- hemos merecido la expulsión de Francia: Vallejo (César Abraham), Bazán (Armando) y yo. Bazán parte a Bruselas, Vallejo y yo a España". Así se lo contó a NIXA, literato chiclayano, en una larga carta que escribió con tinta verde, desde la “Ciudad Luz”, el 24 de diciembre de 1930.
Juan Gonzalo Rose conoció en Mexico, Distrito Federal, al poeta piurano y con los comunistas confesos: Gustavo Valcárcel, Mario Puga, Joel Manrique y Manuel Mejía, se reunían al mediodía, en la cafetería "El Caballito". Él recuerda que “entre sorbos dulces de café y amargas discusiones, nos fuimos conociendo con Juan Luis, hasta llegar al colmo de las cotidianas discreciones: ser amigos”.
Contó además Juan Gonzalo, en un artículo que publicó en la Revista de Piura, en junio de 1957, que Juan Luis siempre estaba ensombrerado y “nunca lo vi sacarse el sombrero. Me espanta pensar que sea calvo...”. El poeta era “menudo, nervioso, de lentes centellantes cabalgando sus ojillos verdes, de fácil palabra, evocador constante de nombres y de estampas". Y es que la vida de Velázquez Guerrero transitó entre la poesía, la política, la ciencia y el arte.
Juan Luis admiraba a Albert Einstein. Lo llamo Héroe Contemporáneo. La Editora Libro-Mex de México publicó un libro que escribió sobre el creador de la Teoría de la Relatividad. También se nutrió de Buda, Guyau y Trotsky y pese a la gran amistad que cultivó con el líder soviético que vivió y fue asesinado en México, se alejo de los trotskistas “cuando se disfrazaron como los únicos poseedores de una verdad mal digerida y peor administrada y mi comunismo halló su fin cuando lo vi vestirse de policía secreta”. Renunció al catolicismo al ver “dibujarse en sus clarísimas aguas, la sombra sanguinaria de Torquemada" (Tomás de), símbolo de la Inquisición y sinónimo de intolerancia.
Y después de sentirse incapaz de “vivir una fe militante y exclusivista”, el poeta se convirtió en pintor “porque sólo la pintura es capaz de decir todos los matices dentro de la armonía. Es el único arte unitario”. Optó, además, por el silencio y supo que era cierto aquello de: “Qué soledad sin soledad siquiera”, versos que llevan el nombre de “Piura”, borroneados en marzo de 1924, que recuerdan a la “gente tan llena de recodos / enlodados en este desierto sin lluvias / ni rastrojos”.
Juan Luis preguntábase siempre: "¿Por qué voy a decir que mi vida morirá una vez en el mundo, /si el mundo no muere alegrando días y noche en fiestas de vida?” y juraba “que jamás moriré como la luna -entre tules- poco a poco”, pero México escuchó su último suspiro en 1970, cuando en Piura se voceaba el inminente retorno del hombre de “El Perfil de Frente”.
El bardo partió sin saber si "estaba de ida o de vuelta", pensando -quizá- que después de “llegar a la puerta de San Pedro, pedir un vaso de agua, regresar a la tierra y no contar dónde fuimos sin avisarlo”, Mirko Lauer iba a redescubrir -luego de 31 años de permanecer en “un ataúd impermeable”-, a uno de los tres grandes de la lírica piurana contemporánea. Los dos más, a decir de Carlos Robles en su “Breve Antología de Poetas Piuranos” son: Enrique López Albújar y Juan María Merino Vigil, enterrado en Ayabaca, luego que el “gentío escuchó, cuando ladró el mastín, los latidos de una hora que se va...”

"... algún día volveré a conversar con Alan García..."

Escribe: SOFOCLETO
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Sí, yo sé que es difícil, pero no imposible. La frase ha sido adjudicada a muchos personajes (inclusive a un abuelo mío –José de Lama- que fue parlamentario en épocas de Pardo y nunca cobró un centavo por sus emolumentos) pero donde yo la pesqué fue en Caracas, Venezuela, cuando se descubrió una cantidad de documentos y se comprobó que le dijo Simón Bolívar a San Martín, en la Conferencia de Guayaquil, cuando el tío Pepe comprendió que lo más prudente era picárselas a Francia (Bologne Sur Mer), junto con su amante de trece años, porque el hombre le gustaban las maltoncitas, a diferencia de don Simón, que vivió toda una epopeya con doña Manuelita Sáenz, ecuatoriana, (arriba) que murió en Paita, a tres cuadras de nuestra casa solariega, frente a la playa, donde nacimos cinco generaciones de mi familia, el suscrito incluido...
Por favor, seguir leyendo en
"... algún día volveré a conversar con Alan García...

martes, 30 de diciembre de 2008

"Empecemos a re-estudiar el Perú"

Escribe: SOFOCLETO
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Entre la cordial y generosa montañita de cartas que nos han llegado, desde los más distintos y alejados rincones del mundo, por la aparición de nuestro “SOFOCLETO DOMINICAL”, hay una buena cifra de “visitadores” (ambos sexos, porque sin las mujeres no se puede vivir) relacionados con las eventualidades de la vida política en lo que todavía nos queda del Incanato.
Por favor, continuar en
"Empecemos a re-estudiar el Perú"

EL CODIGO SOFOCLETO

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El presente volumen es lo que podría llamarse “El Pensamiento Vivo del Marqués de Cabriñana” y es una radiografía de la verdadera naturaleza que tienen los duelos, convertidos hoy –debido al progreso y a las nuevas drogas contra el cretinismo– en una verdadera pieza de museo, que a los espectadores les produce risa y a los protagonistas diarrea. Donde ocurre que los que pretenden lavar su honor, terminan al final lavando sus calzoncillos.
Por favor continuar en EL CODIGO SOFOCLETO

sábado, 27 de diciembre de 2008

EL PAPA NOEL DE VARGAS LLOSA

Escribe: RAUL F. MOSCOL LEON
rafemole@yahoo.com

La navidad llego, pero los tiempos han cambiado. Ya los niños no escriben cartas al Niño Dios. No dejan bien lustraditos sus zapatos para que Papa Noel les deje el regalo pedido. Tampoco duermen temprano, para despertar rodeados de juguetes, dejados por el viejito bonachón de barba blanca, voz ronca, que sostiene su vestimenta rojiblanca con un grueso cinturón negro.
Hoy todos participan de la noche buena. Los niños se sientan a la mesa para compartir con la familia la fiesta del amor y se despachan a su gusto, rompiendo los papeles que envuelven los obsequios comprados por sus papás, en estos momentos de falta de dinero en los bolsillos, por la apremiante crisis económica que afecta al mundo y que ya golpea al país.
La falta de circulante también golpeó -hace muchos años- a Santa Claus. Mario Vargas Llosa, laureado escritor peruano, narraba en diciembre del 52, Los problemas de Papa Noel debido a que “las cartas llegan y llegan con más pedidos” y como “los recursos económicos escasean”, el hombre de “las barbas blancas y las botas negras hace su presupuesto mascullando maldiciones”.
-Mocosos del demonio-, exclama revisando las cartas.
Los pequeños le piden de todo al Papa Noel de Vargas Llosa. Desde un “tren eléctrico hasta una escalera para ir a la Luna”, pasando por una bicicleta que sea bien Raleigh. Incluso, lo exhortan para que cumpla con el petitorio, porque “el año pasado pedí una pelota de fútbol y me trajiste un yo-yo”. Algunos hasta reclaman “un par de aretes para regalárselos a Nina”.
-Es mi enamorada, ¿sabes?

Pero como a Papa Noel no le sobraba la plata, tuvo que tomar “sabias” decisiones, según relata Jorge Mario Pedro en su columna Campanario que escribía -allá por 1952- en la Industria. El joven Vargas Llosa, después de escuchar sus clases diarias en el Colegio Nacional San Miguel -cursaba el quinto año de secundaria-, trabajaba como periodista en el desaparecido diario de la calle Lima de Piura.
“Ajá... Este condenado quiere un piano. Bueno. Que sea un rondín; es más manuable...”. “Hola, hola... con que una escopeta...Ah! y el miserable la quiere de dos cañones... Tendrá una honda. Menos dañina y menos cara...”.

Sin embargo, entre este mar de escritos, el buen Papa Noel, leyó una que le hizo olvidar los achaques propios de su edad, “apaciguo sus nervios” e hizo desaparecer “la mueca de indignación que le retuerce los labios y la sombra furibunda de sus ojos va desflorando en una cariñosa sonrisa”, que regó con “dos lagrimones duros a los ojos y prorrumpe en sollozos, estrechando la carta contra su pecho”.
La misiva emocionó al “vejesterio”. La llevo “a sus labios y la besó con infinita ternura”, para exclamar luego: “Tú, tú hija mía tendrás todo. Aunque tenga que asaltar un banco”. Anita, en pocas palabras, daba cuenta de los malos momentos que pasaban los peruanos de inicios de la década del cincuenta y no le pedía nada.
“Querido Papa Noel:
Me llamo Anita y tengo nueve años. Mis papás me han dicho que estás muy pobre este año, así que te escribo para que no te preocupes de regalarme nada. La próxima pascua será.
Hasta pronto”.
Hoy nuestros niños, después de cincuenta y seis años -en plena crisis-, piensan igual que Anita?, teniendo en cuenta que si bien el relato del gran Vargas Llosa es producto de la ficción, no está muy lejos de la realidad que el país vive y de lo que no escapa ni siquiera Papa Noel, quien “entiesándose, altivo y arrugado” exclama:
-Esto es lo que me quita la vida!